Debía ir a junto mi hija mayor, está terminando y siempre ha tenido mi apoyo si lo necesita.
Había en La Casa de Lis, en la preciosa Salamanca, una exposición de piezas de antiguas amistades de Madamoiselle Chanel....Por supuesto, tenía que verla, con decir que fui dos veces.....
No dejaban hacer fotos. jaja! Aquí Coco ya mayor, en su apartamento.
Unas sandalias que usó, además se ven usadas, había más calzado y más bonito para la época, pero ya era mucho saltarse las normas y hacer fotos con el móvil sin sonido....Los otros se veían súper usados, con falta de ponerle las tapas incluso, con la puntera con la piel rayada....Me emocionaba verlos, con las dos letras en unas perlas incluso, en unos de ante con perlas, de fiesta...oooohhh.
Aquí estaba inmóvil, mi hija se puso debajo de la cámara de seguridad y me sacó éstas, no rompáis las normas de los museos. Sólo si es algo que llegue al Alma...jaja.
El perfume Chanel nº 5 en un tiempo tuve la suerte de tenerlo; está formado por la mezcla de cuatro flores, entre ellas, el jazmín, me recuerda a mi infancia. Podías oler cada flor en esos frasquitos.
Piezas de muchos años que han ido cambiando con el paso del tiempo, pertenecen a colecciones privadas. Toqué el cuello del abrigo del fondo, aquello era visón o no sé...Pero sintético no era seguro. (Otra norma que me salté..) Un desastre. Pero son muy buenos los salmantinos.
Una de las piezas así de cerca, se aprecia como hacía ropa de lo más cómoda, nada de corsés.
Con mis dos niñas, en el huerto de Calixto y Melibea, diría que hay un Alma de verdad ahí a mayores....La única flor que brotaba del lavadero; esa flor que aquí llaman de muchas formas y en las floristerías, calas, la plantó mi padre todo a lo largo del camino de casa cuando yo nací; él murió cuando cumplía yo cuatro, nadie hizo caso nunca de las calas, llegó el asfalto y arrasó las flores y todo de lado a lado; volvieron a crecer....Pasaron años, volvieron a asfaltar....Brotaron de nuevo; cuando me casé, fuimos a vivir a aquella casita los primeros años y allí estaban mis calas, hacía floreros con ellas, me encantan y son simples....Pero son como el Ave Fénix, vuelve a nacer. En otros momentos de mi vida importantes para mi, adorné con calas, sentía que con ellas mi padre estaba también. Llego a Salamanca y entre piedras, la única flor del lavadero donde Calixto se enamoró de Melibea (eso es una tragicomedia) había una cala, una sola!! Hace tiempo que no creo en la casualidad, no existe.
El día de la Madre, me puse mi jersey de rayas, haciendo un guiño a Chanel, con mis hijas, tomando un vermut que a mi ya me deja...jajajaja!
La peque, señalando donde está la rana, se dice que quien la encuentra irá a estudiar allí, eso espero...Ojalá vuelvan las becas! jajajaja!
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